martes, 27 de julio de 2010

Vespasion

Descubriendo Gran Canaria a lomos de una vespa (Por Feli Santana)

Bien puede definir, el final feliz del Ves-pasión Canarias, que de la mano del Moto club Las Palmas Roque Nublo, volvió a rubricar un esperado acierto.
Agaete se llenó de Vespas y el dedo de Dios se convirtió en pulgar, para saludar al estilo Bultaco, una feliz iniciativa del otro roque, del Nublo. Hito histórico que cincuenta años después se vuelve a realizar. Esta vez a nivel regional.

Pronto la alegría sabatina se mezcló con la pasión reunida entorno a las “Pepas” y tras unas sencillas directrices, empezó la hilera de Vespas, a salir de la villa marinera. El paso de la caravana alcanzó el pueblo de Agaete, para repostar y ganar cumbres en el cruce de Hoya Pineda.


campitos, Llanos del Poleo y Pico viento, iban marcando el recorrido inicial, breve parada en San José del Caidero

y ruta por los pueblos de pastoreo del Noroeste, Fagajesto, el hornillo, El Sao, Barrranco hondo.

Abajo el impresionante abismo que nos muestra el Valle de los berrazales de Agaete, Arriba, el majestuoso pinar de Tamadaba, guardián de las cumbres de Faneque. Parada en Coruña, junto a las presas para tomar refrigerio y estirar las piernas.

Acusa, y Artenara cayeron en el ascenso. Gasolina y continuamos a Tejeda, donde el espectáculo de la Cuenca nos acongoja de belleza y exaltación.
Primeras fotos de Familia y rumbo al Bentaiga, y Timagada, en la degollada del humo arranca el barranco de Siberio que abre otra divisoria con los montes de Inagua a la izquierda y la bajada al Toscón y el carrizal. A la derecha. El aserrador guarda celosamente el nublo, formando una increíble pared de roca perpendicular, que cae sobre los riscos de chimirique, la hoya de la Vieja y Ayacata.

Fue aquí donde tenemos reservada la comida, reposición de fuerzas, compadreo con la Peña, que en nombre de los amigos de las Vespas de Tenerife y Club de Vespas de Gran Canaria, Arrimaron el hombro para el éxito de la convocatoria.,

Recuerdos de la cita, con los presidentes de los clubes de Vespa, Ángel y Gustavo, alegría compartida por la puesta en escena de este primer Ves-pasión Canarias,

La escalada al Roque Nublo, con la foto de familia de rigor junto a nuestra identidad de club, continuamos en un tirón a la cumbre del pozo de las Nieves, una vez más, para explicarles a nuestros amigos chichareros por que nosotros disfrutamos el Teide tanto o más que ellos.


El descenso se hizo suave a través de los pasos de Cueva Grande, degollada de Becerra y los molinos, el café de parada en el parador de Tejeda, siempre punto emblemático de encuentro con todos los visitantes a las cumbres,

El laberinto de Las Lagunetas, Las Rosas, y San Mateo nos entretuvo hasta este bello pueblo de medianías del centro, Con el desvío a la lechuza, la huerta de Sardina y el rincón de Tenteniguada. Llegamos al albergue, cedido por el ayuntamiento de Valsequillo para pernotar.

Mientras ponemos la barbacoa del rincón Viejas Glorias, en marcha y el equipo a trabajar en la fiesta familiar de los “vesperos” de Canarias, Una tarde noche, agradable y mágica con alegría compartida en el encuentro, música en vivo, y buen rollo para todos, es el arma más famosa, del Rincón Viejas Glorias.


Llegó el domingo, la ausencia de algunos y la presencia de otros, los que no pudieron venir el sábado y los que no pudieron acompañarnos el domingo. Unas cincuenta motos en total en las dos etapas de participación. Partida del CC alcampo en Telde, después de poner rumbo a la estrella y el valle de Jinamar,

Empezamos el ascenso por Marzagan y Los Hoyos, tierra de viñedos de tafira. El Pico de Bandama con el cráter de explosión más grande de Canarias. Vuelve a sorprender a los lejanos y cercanos que aun desconocen de su belleza especial.

La atalaya, Santa Brigída y San Mateo, nos conduce por Utiaca al barranco de la Mina. Que nace algo más arriba y que llamamos Guiniguada cuando se acerca a las Palmas. Café y reagrupamiento para tirar por la Solana, a la Cruz del Herrero, San Isidro y Arbejales, la visión de Teror, siempre es agradable, desde el Alamo, y recorrer esta vía salpicada de suaves curvas de castañeros y nogales regalando sombra y verdor es un placer más, que esta vez descubrimos en vespas.

Esta es una noticia publicada en canariasenmoto.com.
Rodeamos Teror para evitar atascos y pusimos marcha en Osorio, Para continuar por el Palmar, Los Castillos, y Zumacal. Donde acabamos de rodear esta bonita montaña para subir a Valle seco, donde repostamos todos. Para seguir, a Lanzarote de Valleseco, y el Arco de Ariñez, Nueva parada en Pinos de Galdar, esta vez su cráter

y el respiro del descenso hasta fontanales donde nos esperaba la comida.

Homenaje especial a Paco el Vespa,

el único superviviente de la excursión de 1960 hace escasos 50 años, que partió como aquel entonces a disfrutar con las Vespas y los amigos. Un ejemplo de pasión sin límites, por las Vespas.
Tras los sorteos de varios regalos, donados por moto ciclos denven y Yells.

pusimos la quinta marcha para disfrutar relajados del último tramo hasta montaña Alta y el descenso por el Albercón y San Juan hasta Guía.

acompañamos la expedición hasta el Muelle de Agaete, donde acabamos exultantes de buena sintonía y deseos de continuidad.

Ha sido una experiencia maravillosa, para el Moto Club Las Palmas Roque Nublo, que en su dilatados 20 años de organizaciones de todo tipo de eventos para la moto, aún había pendiente, el encuentro con las Vespas, El buen comportamiento de todos los amigos de las Vespas, nos hizo sentir una vez más, felices de compartir experiencias.



Gracias muchachos, hasta la próxima edición, donde quiera que se organice.



Y ESTO ES DE NUESTRA PARTE, DE LOS AMIGOS DE LA VESPA DE TENERIFE, GRACIAS FELIX Y A TODA SU GENTE

jueves, 15 de julio de 2010

Mi primera Vespa



Tengo el placer de presentar el curriculum Vespero de nuestro querido amigo Paco Montes de Oca:


Esta foto fue realizada en los años 60, ya que el alucinado piloto rondaba los 4 o 6 años de edad, la primera vespa que tuvo mi Padre, un enamorado de las mismas durante toda su vida, con ella viajábamos de vacaciones toda nuestra familia el tiempo que vivimos en Sevilla y Cartagena.
Mi padre iba desde Cartagena hasta la Manga del Mar Menor de vacaciones, repartiéndonos en varios viajes: hacía un primer viaje con mi Madre, un segundo viaje con mi abuela, un tercero con una chica que ayudaba a mi madre y un cuarto con el avituallamiento. ¿Podéis imaginaros esta situación?, un señor conduciendo una vespa en los años 60 con una mujer sentada en el sillón trasero con los pies por un lado y con un niño encima de sus piernas, y otro niño de pié entre las piernas del conductor, todos ellos sin casco y sin ningún tipo de protector corporal, pasadas algunas horas, se podía ver al mismo conductor con otra señora de mayor edad detrás, con otro niño en sus piernas y otro entre las del conductor, una tercera vez con otra mujer y otro niño, y una cuarta vez cargados con varias maletas.
La verdad es que en los años 60, era toda una odisea irse de vacaciones, sobre todo para las personas que no se podían permitir un automóvil, que en esa época existían los 600 y poco más. Mi padre siempre me hablo maravillas de la vespa, de hecho, me alentó de joven a escogerla cuando quise comprarme mi primera moto.
Mi primer contacto real con una fue al examinarme para sacar el carnet de conducir motos, ya que en el lugar del examen había una de las de Correos de los años 70, no sabría decir cuál era el modelo, pero la estaba utilizando otra persona para examinarse y en ese momento no tenía ninguna para realizar las pruebas porque me había fallado el amigo que me tenía que prestar su moto (una bultaco lobito) y en la que había practicado para el examen, se la pedí al conductor de la vespa y por suerte me la prestó después de asegurarle que ya me había montado en una, cosa que no era cierta y salió bien puesto que aprobé el examen a la primera y sirvió para decidirme a comprar mi primer vespa. Fue una 150 sprint, de color amarillo, muy bonita por cierto, después tuve otros modelos de motos japonesas pero a los años volví a coincidir con otra vespa, en esta ocasión fue una 160 GT, este modelo fue el que más me gustó. De hecho, fue la que más tiempo estuvo conmigo, con esta hice mis primeros viajes fuera de Santa Cruz, desplazándome en verano varios fines de semana al mes a Garachico, también tuve una 200 rally, muy buena por cierto.
Las vespas, después de todo, tienen algo muy especial que atrae a las personal, porque después de 54 años, ese jovencito, que estaba tan ilusionado, porque se veía como un gran conductor de motos, conduciendo la vespa de su padre, continúa montando en una vespa, en este caso una 200DN, con la misma ilusión que tenía en ese momento.

¡¡¡¡¡ Vespa, toda una vida!!!!!

lunes, 12 de julio de 2010

Homenaje al Presidente



El catorce de julio de 2009, nuestro presidente escribió lo siguiente:
Buenas a tod@s.
Mi nombre es Ángel y en cierto modo, con ayuda de unos entrañables amigos, hemos creado este foro.
En cierto modo digo, porque de nada servirá el trabajo realizado por nosotros si ahora todos los que tenemos una Vespa, no seguimos adelante con este proyecto. Mi sueño, poder ver algún día no muy lejano un numero bastante considerable de Vespas quemando el asfalto de Tenerife una detrás de otra y como no, poder hacer buenos amigos, amigos de verdad.
Creo que es un sueño colectivo. ¿Que motero no ha soñado con eso?
Bueno, aquí queda este foro para que, a partir de hoy seamos día a día y poco a poco la "familia Vespa de Tenerife"

Como forero de la primera hornada, que he tenido el privilegio de ver como este Club nacía, crecía y se convertía en lo que hoy es, un año después creo que se puede decir que su sueño se ha hecho realidad, y con el suyo también el nuestro, el de los aficionados a la Vespa de Tenerife a los que nos faltaba ese punto de encuentro que nos permitiera compartir nuestra pasión.
Todavía recuerdo ese primer desayuno sabadero, que hoy es multitudinario, pero al que aquella ocasión solamente acudimos Ángel, Isidoro y un servidor. Se ha recorrido un largo camino desde entonces, y por delante queda mucho mas por recorrer, pero esa semilla, que en su día plantó nuestro presidente, ya ha dado su fruto.
Por todo esto, me gustaría rendir un homenaje a ese tipo bajito, follonero profesional, algo faltón y bastante descarado, cliente VIP del Vampis y campeón de palas de Las Gaviotas, que sin darnos cuenta, se ha colado en nuestras vidas hasta llegar a formar parte de la familia. Según cuentan algunos lengüines, ese carácter suyo le viene desde que se cayó en la marmita del gofio cuando era niño, y ahora ya no tiene remedio, pero a pesar de todo, sigue siendo un tipo entrañable. También tiene algunas virtudes; celoso de su tierra, sus tradiciones y su gente, hospitalario, emprendedor e idealista, pero sobre todo tiene una virtud que yo admiro y que cada vez es mas difícil de encontrar y es que tiene unos principios claros y actúa conforme a ellos. Simplemente es lo que es, y por eso lo quiero y me enorgullece decir que es mi amigo.
Un abrazo Ángel, y no cambies nunca.

miércoles, 14 de abril de 2010

Que tiempos aquellos


Buscando en el baúl de los recuerdos me he encontrado con esta foto del verano del 85, cuando era joven y guapo y además cabalgaba una Vespa 150 Sprint del 64.
Algunos dirán ¿que más se puede pedir? Lo cierto es que en aquella época las Vespas no tenían el glamour que tienen ahora. Yo quería una Ducati. Seguramente, los que todavía no peináis canas, estáis pensando en una Monster, o algo así. Olvidaros de eso, estoy hablando de una Strada 250, una monocilíndrica con frenos de tambor, fabricada en España por la tristemente desaparecida Ducati Mototrans, durante los años 70. Una cacatúa de moto, pero para mí, en aquel momento, era la bomba.
Por falta de presupuesto me tuve que conformar con una Vespa vieja. Acababa de ingresar en la Academia de Suboficiales del Ejército y me pagaban 711 Pts mensuales. No llegaba ni a milpesetista, y ahora se quejan los mileuristas.
Me costo la friolera de 25.000 Pts. y la jodida me dio mas penas que alegrías. Con ella tuve una relación de amor-odio y no consiguió convertirme al Vespismo.
Originalmente era azul, pero estaba algo cascada y el vendedor se encargo de pintarla de rojo, con algún detalle, como la cresta del guardalodos y el cerquillo del faro, en negro. Entre eso y cinco pegatinas la cosa quedo aparente.
Por un lado me permitió pasar de la categoría de peatón a la de motociclista, lo cual es un salto cualitativo apreciable. Lo malo es que se empeñaba en amenizarme los desplazamientos con un repertorio de lo más variado; carburador tupido, bujía perleada, ceros energéticos, pinchazos, lanzamiento de bujía en plena marcha y otros números que se me olvidan.
Era una tipa dura la condenada. Llegue a pensar que desayunaba alambre de espino, como Clint Eastwood en “El Sargento de hierro”, porque de vez en cuando se tiraba un pedo y largaba virutas metálicas por el escape. Cuando eso sucedía, yo le daba una palmadita en el culo y le decía “esta es mi chica”. Luego me entere que eran trozos de los muelles que lleva embutidos el disco de embrague. Todo esto añadido a las características intrínsecas del modelo en cuestión, como un faro que alumbraba menos que una vela y una frenada que era un deporte de riesgo y al hecho de que, como todavía no se había inventado esto de Internet, ni el concepto de Clásica, era imposible encontrar repuestos.
Tres años mas tarde me compre un Renault 5 GTL, que a estas alturas también seria un clásico, y como ya tenía los cataplines negros de hacer prácticas de mecánica por las cunetas, a la Vespa le di una patada en el culo y sin ningún remordimiento se la regale a un amigo.

Después de esta experiencia, tarde once años en volver al mundo de las dos ruedas y por supuesto no con una Vespa.
Andando el tiempo y ya pasados los cuarenta, tal vez un poco por la nostalgia de la juventud, tropecé de nuevo con la misma piedra, y esta vez la Avispa si consiguió picarme. Actualmente soy el feliz propietario de una Vespa PX 200 Disco y con ella tengo una relación solo de amor. Además de bonita, resulta fiable y practica para el uso diario. No tiene el carácter de mi primera chica, no es terca ni caprichosa, ni tiene ventosidades metálicas, pero es que a estas edades ya no esta uno para relaciones tempestuosas.
Las vueltas que da la vida. ¿Quien me iba a decir a mí que después de 25 años la iba a echar de menos?